Aborto espontáneo
¿Qué
es el aborto espontáneo?
Un aborto espontáneo es
la pérdida espontánea del feto antes de la semana 20 de gestación. Es un
momento muy duro emocionalmente que suele ir acompañado de sentimientos de
pérdida y duelo. Es un tema que con frecuencia se trata como tabú y del que no
se suele hablar, lo que puede añadir una sensación de soledad y desamparo e
incluso llegar a sentir que se ha hecho algo mal. Sin embargo, sufrir un aborto
durante el primer trimestre del embarazo es algo común, que ocurre a muchas
mujeres, y que, en la mayoría de los casos, es independiente de lo que se haya
podido hacer durante esos primeros meses de embarazo.
Se estima que entre el 10
y el 25% de los embarazos resultan en un aborto espontáneo. La mayoría ocurren
durante las primeras siete semanas y el riesgo decrece tras la semana
12. De hecho, el 80% de los abortos espontáneos ocurren durante
las primeras 13 semanas.
Causas
y factores de riesgo de un aborto espontáneo
Aunque no siempre se sabe la
causa exacta por la que se produce un aborto espontáneo, la más habitual
es de origen genético, es decir, suele producirse por anomalías en los
cromosomas.
Otra de las causas es por
exposición a agentes teratógenos, que son agentes físicos, químicos o
biológicos capaces de causar defectos congénitos y provocar abortos espontáneos
o malformaciones fetales, como por ejemplo la radiación o algunos
medicamentos.
Un factor de riesgo muy
importante es la edad. El riesgo de aborto se incrementa a
partir de los 30 años, haciéndose más evidente entre los 35 y los 40 años,
y mucho mayor a partir de los 40. Antes de los 30 años, el riesgo de
sufrir un aborto es menor del 10%, mientras que a partir de los 42 años el
riesgo es casi de un 75%.
Haber tenido uno o varios
abortos anteriormente incrementa de nuevo la probabilidad. Si se ha
sufrido ya un aborto, el riesgo de sufrir otro de nuevo es del 20%, pero si se
han tenido ya tres o más abortos consecutivos, el riesgo aumenta hasta un 43%.
Ciertas enfermedades de
la madre también pueden aumentar el riesgo de aborto, como por
ejemplo diabetes, trombofilia, síndrome antifosfolipídico e hipertensión.
También influyen el sobrepeso o la malnutrición.
Una infección seria,
una lesión mayor, problemas
inmunitarios u hormonales también pueden provocar un aborto
espontáneo. Por último, existen otros factores relacionados con el estilo
de vida como alcoholismo, drogadicción, tabaquismo o
tomar cantidades muy elevadas de cafeína.
Los abortos espontáneos
tardíos —después de los 3 meses— pueden ocurrir por anomalías en el útero.
Síntomas
del aborto espontáneo
Los síntomas más comunes
son sangrado vaginal (con o sin coágulos), dolor abdominal
intenso y cólicos. El sangrado y los cólicos pueden desaparecer
rápidamente o durar varias horas. Aunque, no todos los abortos espontáneos son
iguales y no todas las mujeres experimentan los mismos síntomas. Algunas veces
no hay síntomas, la pérdida del embarazo se detecta por ultrasonido.
Si estás embarazada y sufres
alguno de estos síntomas, llama a tu médico para que evalúe si has tenido un
aborto y si precisas tratamiento.
Tipos
de abortos espontáneos
Amenaza
de aborto: Puedes tener cólicos moderados y sangrado vaginal,
pero el cuello uterino permanece cerrado. La mitad de las veces el sangrado se
detiene y el embarazo evoluciona con normalidad. La otra mitad de las veces
resulta en aborto espontáneo.
Aborto
inevitable: La hemorragia aumenta, el cuello uterino
se abre y se presenta el aborto espontáneo.
Aborto
incompleto: Junto con el sangrado sale parte del
tejido del embarazo, pero otra parte se queda dentro del útero. En estos casos
suele ser necesario un tratamiento para eliminar el tejido restante del
interior.
Aborto
completo: Todos los tejidos del embarazo salen del
cuerpo.
Aborto
retenido: Se pierde el embarazo, pero los tejidos no salen del
cuerpo. En este tipo de aborto no suelen presentarse cólicos o sangrado, pero
el ultrasonido indica un embrión sin latido o un saco gestacional vacío, es
decir, sin embrión.
Evaluación
y diagnóstico
Cuando se presentan algunos de
los síntomas descritos anteriormente, es necesario que el médico evalúe si se
trata de un aborto espontáneo, un embarazo ectópico, un embarazo
molar o un embarazo viable, pero con complicaciones. Normalmente se usan
técnicas de ultrasonido y se analizan los niveles de la hormona
hCG (gonadotropina coriónica humana) para examinar el contenido
intrauterino y la viabilidad del embarazo.
Tratamiento
Ante un aborto espontáneo es
importante que acudas a tu médico para asegurarte que no queden restos de
tejido fetal en tu interior. El objetivo principal del tratamiento durante
o después de un aborto es evitar la hemorragia y/o una infección.
Hay tres opciones de
tratamiento que dependerán de cada caso:
Tratamiento
expectante: Esperar a que el aborto espontáneo termine por
sí mismo.
Medicación
Intervención
quirúrgica
Cuanto más temprana sea la
fase del embarazo en la que se ha producido el aborto, más probabilidad de que
el cuerpo expulse todo el tejido fetal por sí mismo y no sea necesario ningún
procedimiento médico.
Así pues, este proceso suele
ser emocionalmente doloroso para la mujer y/o la pareja. Por eso es
recomendable acudir a un especialista que evalúe la situación emocional y
valore la necesidad de recibir apoyo terapéutico. Sobre todo, es importante
entender que se trata de un proceso natural, que ocurre en muchas ocasiones y
del que no podemos culpabilizarnos. Con la ayuda necesaria se supera esta fase
y se puede lograr un embarazo sano y feliz.

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